En Argentina hace años que confunden los términos artesanía y arte. La desesperación por vender, por vivir el momento, hizo que se entremezclaran estos términos, así se logro la desaparición del mercado de arte argentino, y por consiguiente los artistas trabajamos en múltiples tareas para llegar a sostenernos. La confusión es alineante, al punto que se unen en grupos para tratar de tener una fuerza en común y aún así no logran nada. Solo chispazos de noticia que se hunden en la oscuridad de la actualidad. Cualquiera con un pincel o un lápiz abre su cuenta en las redes y se autoproclama artista. La pobreza de conocimientos y de conceptos profundos logra resultados desanimados y poco duraderos, las investigaciones de campo en el taller son irrelevantes y dadas a conocer demasiado pronto. La Sinceridad nos haría bien, las listas de seleccionados copia y pega en los salones destruyen la credibilidad. Los artistas verdaderos, valiosos, educa...